lunes, 10 de mayo de 2010

El Olimpismo catracho está feliz


El más grande, el más popular, el más campeón, el jefe de jefes... se quitó el maleficio y guardó en su vitrina la copa que se le negaba desde hace muchos años.
El título que le permite gritar hasta el lugar más recóndito de Honduras, Olimpia es campeón nacional (porque ahora no hay rival que se le resista), sumó su copa 23 y se convirtió en más que una leyenda, en una historia enorme, en una inalcanzable estela de gloria y copas.
No fue de la mejor forma, sí, pero al final el recuento de logros y gestas dirá que Olimpia sumó su mandato 23 en la Liga, ante el más odiado rival.
Así de sencillo, así de meritorio y de la forma que el pueblo nunca olvidará. El día de las madres en el país, Olimpia amaneció como el papá de las copas.
Al final, mostró oficio y se quedó con el momento más glorioso del año, el minuto ese en el que la copa va hacia el cielo, el pueblo se estremece de emoción y el plantel grita hasta el mismo infinito, Olimpia es el campeón.
23 veces ha sucedido ese momento de gloria. Es de nunca acabar... y ahora ante Motagua. 
¿Qué más puede esperar el mundo blanco?
Nada. Nada más que celebrar, celebrar y celebrar.

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